El rojo es el color del fuego, del amor, el drama, el calor, el poder, la fuerza, la emoción, la pasión, la sangre y la lujuria. ¡No es recomendable para dormitorios!
Es un color tranquilo, capaz de provocar desaceleración en la respiración y disminuir el ritmo cardíaco. Es el más recomendado para dar color a las habitaciones y baños.
El amarillo es el de la energía. Además, logra captar la luz del sol, transmitiendo felicidad. Es ideal para cocinas, comedores o baños por la luz que aporta, así como a pasillos, entradas o espacios reducidos.